Wednesday, 31 October 2007
Nacen nuevos híbridos de fe.
Lucía Escobar /elPeriódico/Guatemala
Hace tiempo, las religiones aportaban grandes pensadores, teólogos, filósofos, escritores. Hoy solo quedan fantasmas. Me acerqué a la columna de Gonzalo de Villa (personaje que ahora pulula por la Santander), ávida de la chispa jesuita. Buscaba entender la historia del párroco que se autoproclamó obispo de la Iglesia brasilera en Comalapa. Encontré un balbuceo torpe, la ausencia de un análisis serio sobre ese desmoronamiento de un brazo de la Iglesia católica guatemalteca. Espero que cuando caigan los templos, los dioses queden de pie.
El glorioso libre mercado también ha mejorado la oferta de las religiones. La globalización permite que en Tokio manden el calendario maya por el celular, en San Marcos La Laguna practiquen cualquier tipo de yoga o karma taller, y que la cofradía evangélica y la cofradía católica se peleen por el Maximón de Atitlán, mientras comparten los octavitos y discuten lo incestuoso del término sacerdote maya. Tenemos acceso a tantas religiones como marcas de cerveza, se abre la oferta y nacen nuevos híbridos de fe.
La gente del ministerio Creciendo en Gracia (del famoso Miranda) me mando un mail contando lo que consideran una censura de parte de Prensa Libre (irónico, dicen, que venga de la empresa del reelecto funcionario de la SIP). “Pagamos por un campo pagado, nos facturaron y un día antes de salir la publicación, me llamó un empleado para indicarme que el departamento legal había cancelado la publicación y que me devolverían el dinero. Les ofrecí cambiar el texto y aún así no quisieron”. Los comunicados apoyaban a la comunidad gay fundamentando su posición en citas bíblicas. ¿Fue censurada la libre expresión del pensamiento? ¿Somos un país laico? ¿Podemos las brujas volar tranquilas? Y ¿los anticristos publicar comunicados de prensa?
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