Porque há um só Deus, e um só Mediador entre Deus e os homens, Jesus Cristo homem. 1 Timóteo 2:5

sábado, dezembro 03, 2005

“JESUCRISTO HOMBRE”

APÓSTOL JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA

CALCANDO 02/26/2005.

Pero hoy quiero, quiero invitarles al mensaje. Yo no voy a estar hablando con ustedes hoy, pero mañana, trataré de quedarme para hablar con algunos de ustedes y poder saludarles, y aprecio si los locales (bendecidos de Miami) me dan el tiempo con los que están de visita, que ya ustedes me ven todos los miércoles.
Lo hago, porque ellos se retraen, si usted me acorrala, ellos no vienen, y quisiera saludarlos a todos, los que nunca he saludado.

Le voy a pedir que busquemos en el libro histórico llamado Mateo, en el capítulo 1. Mateo capítulo 1, en el verso 18 en adelante, hasta el 25.

Dice; pueden leer en la pizarra electrónica conmigo: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen,…” Antes que se relacionaran sexualmente. “Antes que se juntasen se halló que había concebido del Espíritu Santo”.

O sea, no se habían juntado y ella estaba… Yo estaba buscando una versión esta mañana de, del 1569 y decía: “Se halló que estaba preñada”.

Antes que se juntasen se halló que el Espíritu Santo la preñó. No fue, no fue José.

“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” Como dicen: Ese hijo no es mío. Eso no es mío, y si yo no… ¡Yo nunca la he tocado!

“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que lo que en ella es engendrado…” Diga: DEL ESPÍRITU SANTO ES. “Del Espíritu Santo es.”

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÙS, porque él salvará a su pueblo, a su pueblo, de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá…” Las vírgenes no conciben. Conciben si dejan de ser vírgenes.

“Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no, se relacionó sexualmente con ella, hasta que dio a luz su hijo.” O sea, seguía virgen. No la conoció. La palabra “conocer” es: Relacionarse.

“Pero no la conoció hasta que dio a luz su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÙS.”

Hasta ahí. Hemos llegado a una conclusión en lo que hemos leído: Jesús de Nazaret, -¿El hombre participó en su nacimiento? –No. O sea, que él no nació por voluntad de hombre. Él no es “hijo de un hombre”. Diga: NO ES HIJO DE UN HOMBRE. Por lo tanto, a él no se le puede llamar: “EL HIJO DEL HOMBRE”. (Aplausos)

A él se le puede llamar: “EL HIJO DE DIOS”, O “EL HIJO DE MARÌA”; pero no el “HIJO DEL HOMBRE”.

En Romanos 5: 18 hay un verso bíblico. Vamos a buscar a Romanos 5: 18. ¡Más rápido que yo esa pizarra! Que bueno. “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno, por el hijo de María, vino a todos los hombres la justificación de vida. “

Entonces, hasta que el hijo de María no nació, todos los hombres nacían en pecado. O sea, el bebé que tuvo María vino para redimir a su misma mamá, porque María era una pecadora.

El sistema dice: “Santa María madre de Dios, sin pecado concebida”… Pero eso es mentira delante de la evidencia bíblica. Eso es una mentira romana, que es parte del engaño de 2 mil años en mantenernos en ignorancia; a los cuales con toda decencia tenemos que taparles la boca. Porque en este reino no cabe la mentira.

Por lo tanto: María fue una pecadora; pero como Maria no participó en la formación de ese niño, tampoco José, sino que fue el Espíritu Santo. El niño tuvo que nacer así. No podía ser hijo de hombre, porque si él era hijo de hombre, entonces nacía en pecado, y no podía redimir al pueblo de sus pecados.
-¿Me estás siguiendo? ¿Estamos claros? Hablamos con los entendidos. Hablo con los entendidos, con los millones de personas que van a ver esta declaración
Entonces María, por eso es que María una vez exclamó, y dijo: “Me regocijo en Dios, mi salvador.” Ella tuvo que ser salva para que al creer, en lo que ella misma parió. Porque ella era una pecadora. José era un pecador. Se le llama “justo” por posición, pero era un justo, en pecado. Moisés estuvo en pecado; David estuvo en pecado; todos…

Antes de Cristo morir, todos eran pecadores. No por conducta, sino, por la posición que el primer hombre les imputó.

Por eso repetimos el verso. Podemos repetirlo. Mira como dice Romanos 5: 18.
Esto es teología clara. Con esto nada, no es para preguntar ni para refutar; esto está establecido.

Esto es una declaración oficial en este día para el mundo entero.

Dice: “Así que, como por la transgresión de uno…” -¿Quién es ese uno? –Adán. “Por la transgresión de uno vino la condenación…” -¿A unos pocos? –A todos-. -¿A todos los hombres y mujeres? -Seguro, todo, todo lo que nació después de Adán, hasta Cristo; y no hasta Cristo que nació; hasta Cristo cuando murió y resucitó.

Porque cuando Cristo estaba en carne, no podía salva a nadie. Aunque él perdonaba pecado, pero no los podía quitar. Él los perdonaba, pero quitar no podía; porque para quitarlos tenía que dar su vida, tenía que morir. Ahora, al morir, entonces sí que quita el pecado del medio, y con una sola ofrenda quedamos perfectos para siempre. (Aplausos)

Por ende, desde que Cristo murió, toda la gente nace salva. El engaño de una misa; el engaño de un pastor: -Pasa al frente y arrepiéntete, pasa al frente y acepta al Señor. Todos esos son engaños evangélicos. Atropellos teológicos de un mundo que desconoce a Dios.

Pero desde que Cristo murió y resucitó, todos los bebés nacen perfectos con una sola ofrenda. Nacen bendecidos, completamente… (Aplausos)

Ahora, -¿por qué? -¿Cómo dice el verso? Vamos a ver como dice el verso. (Romanos 5: 18) “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres…”

“La condenación a todos los hombres.” Quiere decir que cuando el bebé nacía, antes de Cristo morir, nacía en pecado. Bebé pecador, en la cuna, sin haber, es más, sin haber hecho nada, ni ensuciar el pañal. Nace 100% pecador, porque eso es una ciencia de parte de Dios, que después del pecado de Adán, todos nacen condenados y pecadores.

Naturalmente, esto lo dijo el perito arquitecto después, y después se supo, y por eso yo lo puedo decir. Pero eso no lo podía decir los apóstoles; no lo pudo decir la misma María porque el niño, solo cuando creció, hablaba en parábolas, no explicaba nada. Él vino con una función: A salvar a su pueblo de sus pecados. Y mientras tanto, tenía treinta y tres años para entretenerse, hacer lo que quisiera hacer, pero la clave era: Tiene que morir. Tiene que morir.

Por eso cuado Pedro, Pedro poseído por su “padre” le dijo: -Maestro “bueno”, no vallas a la cruz (Estaba hablando Pedro del disparate más grande concebido sobre la faz de la tierra) Porque lo que él está diciendo: - Nos salves a este pueblo de sus pecados.

Es más, podemos decir que el APÒSTOL PEDRO ERA UNA REENCARNACIÒN DE SATANÀS MISMO. (Aplausos)

-¿Sabes por qué? – ¿Sabes por qué? -Porque, Pedro al hablar así estaba diciendo: -A ese propósito tú has nacido. A ese propósito tu has nacido, y ahora, que estás con nosotros, tu has venido a dar tu vida, pero hora yo te ruego, apelo a tus sentimientos carnales –por que él tenía carne, y vino en semejanza de carne de pecado-, ¡no vallas a la cruz maestro!…

Entonces, el “Padre” que vivía en Jesús de Nazaret, le dijo: -Apártate de mi Satanás-. El Apóstol Pedro era una reencarnación de Satanás en aquellos tiempos. Ese es el primer papa, los demás, me imagino que es de la misma categoría. (Aplausos)

Porque: “De tal palo, tal astilla”. Y una verdad, llama a una verdad; pero una mentira, llama a otra mentira; y esto lo digo con conocimiento, yo no estoy airado, yo estoy… simplemente sacando LO OCULTO DE LAS TINIEBLAS. Esas son las tinieblas que el Apóstol dijo allá en primera carta a los Corintios capítulo 4, verso 6, cuando dijo: No juzguéis nada hasta que venga el Señor.

Entonces, nosotros entendemos. Repíteme el verso, (Romanos) capítulo 5, verso 18.

Dice, que cuando alguien nacía: “Así que, como la transgresión de uno…” No de muchos. No tenían que pecar muchos. Era uno solo, con… el número de Dios es uno.

Uno. No fue que Moisés fue malo, y el otro fue malo, y el otro malo, no, no. Es UNO pecaba, y las demás copias salían dañadas. Por lo tanto: Isaías era un dañado; Moisés otro dañado, todos los profetas estaban dañados, no había uno bueno.

-¿Por qué? – Porque ese UNO -La primera copia que pasó por la máquina- estaba dañada, y cuando se le puso una estiva de copias, pasaban y todas salían dañadas; porque la máquina es fiel a la copia que le ponen.

Entonces UNO, esa es una conclusión: “Así que…” Si te leo los versos anteriores te vas a dar cuenta que es el contexto. “Así que, como por la transgresión de UNO.” Dios necesita la primera copia dañada. “Vino la condenación…” – ¿A cuántos? –A todos-. O sea, UNO para todos. UNO daño a todos.

Ahora, hay una misma manera que no se ha predicado nunca, nunca. Dice: “De la misma manera…” Tiene que ser esa manera.

Tú te crees que los pastores aquí en Miami, aplican esa misma manera. Es más, muchos de ustedes no la aplicaban; yo creo que hoy la oyeron por primera vez. El Papa no aplica eso; los lideres religiosos a nivel mundial, NO HONRAN LA MANERA. Al no honrar la manera, entonces, se constituyen mentirosos y falsos. Porque no están honrando esa manera.

Por eso Pablo, cuando enviaba a Timoteo: -Mira, ahí te envió a Timoteo, que él enseña de la manera, él sabe, la manera que yo enseño. Entonces Timoteo, era fiel a Pablo enseñando de la MISMA MANERA.

Y todos ustedes, QUE NO CALCAN LA MANERA QUE SALE DE ESTE PÙLPITO, ESTÀN TAMBIEN “ERRANDO AL BLANCO”. USTED NO PUEDE CAMBIAR ESTA MANERA, NI SUAVIZARLA (Aplausos)

A esta manera no se le quita nada, no tiene que suavizar para que aquel entienda, para que este entienda: DISPÁRELA ASÍ. Pásela de la misma manera, no suavice con lisonjas… (Aplausos)

Es de la misma manera; y si por esa manera te buscas problemas, esos problemas están en el decreto de la misma manera. Y LA MISMA MANERA, SE ENCARGA DE AREGLAR POR HABER PREDICADO: LA MISMA MANERA. (Aplausos)

“De la misma manera por la justicia de uno.” Vuelve la otra copia, ahora, esta copia es buena. “De la misma manera por la justicia de uno vino…” -¿A cuántos? –A todos-. “A todos los hombres la justificación…” -¿De qué? –De vida-. De vida.

Quiere decir, que de Cristo para acá, todos hemos nacido arreglados. -¿Usted sabe por qué hay prisiones llenas de criminales? –Por que no le predicaron LA MISMA MANERA.

Tienes que confesarte; tienes que portarte bien; tienes que ir a la iglesia; hacer la primera comunión. Luego tienes que hacer eso, y hacer, entonces, esa “manera”, idiotizan a uno. No le dicen la verdad. Ese preso, ese criminal, ese pandillero, ese vendedor de droga, esa –como le llaman- prostituta, o afeminado es que no se le ha dicho la misma manera, y son unos infelices.

Pero desde este púlpito hacemos felices al mundo, diciéndoles que es DE LA MISMA MANERA. Ellos están justificados a vida. (Aplausos)

Ese criminal que está ahí cumpliendo una condena de treinta años, está justificado, perdonado, perfeccionado, tal y como la segunda copia vino. -¿Usted cree que Cristo es bueno? -¿Jesús de Nazaret fue bueno? -¿Hizo muchas cosas buenas? -¿Y logró morir y resucitar? –Pues ese eres tú, esa es tu copia. ¿Por qué no puedes conocer tu verdadera identidad y verte como Dios te ve: Lindo, precioso, completo, perfecto? Así es que Dios te ve.

Porque no se puede violar la manera. El que te predique otra cosa, está mintiendo. ES DE LA MISMA MANERA.

Entonces, al yo entender que esa copia vino, ese Jesús de Nazaret, vino para arreglar lo que estaba dañado, quiere decir que él no podía ser engendrado por hombre alguno, el factor humano no podía estar ahí, porque entonces nacía en pecado; y si nacía en pecado, no te podía redimir a ti. El vino como cordero, santo, sin mancha, para pagar un precio y redimirnos de todos los pecados. Por lo tanto, él no era “Hijo de Hombre”.

Él era “Hijo de Dios”, así a él lo llamaban. – Tu eres Jesús, “Hijo del Altísimo.” Y ahí sí que tenían razón, que fue quien lo hizo. Porque ahí el hombre no participó, ni María participó. Lo que sucede que cometieron una idolatría tremenda con María. Hicieron un misticismo también de Jesús. Ese misticismo lo debieron haberlo hecho después de la cruz, pero no antes.

Pero entonces, fíjate, que casi todas las iglesias cristianas, su fundamento está antes de la cruz. Y ellos bautizan, y ellos lavan los pies, y ellos toman la pascua (lo que llaman la santa cena) Ellos hacen todo lo que Jesús hizo: Reprenden demonios -como Jesús reprendió demonios-, ellos reprenden demonios.O sea, todas la iglesias: Católicas, protestantes, evangélicas, pentecostales, todos están mirando a Jesús de Nazaret; y oran así: -En el nombre de Jesús de Nazaret. Cuando esa copia ya pasó. Es después de la cruz que está el asunto.

Entonces, si nosotros creemos hacemos eso –que Jesús de Nazaret no era “Hijo de Hombre”-, entonces vamos a ver esta aplicación que dice aquí Lucas. Lucas capítulo 17 verso 20 al 37.

“Preguntando por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios,…” No el reino de los cielos. Perdóname. Ahí está hablando del reino de Dios. El reino de los cielos, y el reino de Dios son dos cosas diferentes.

“Cuando había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia…” Él dijo eso: -¿Vendrá como? – ¿Como ladrón en la noche? El reino de los cielos sí. El reino de los cielos lo estamos viviendo nosotros; pero el reino de Dios, dice: “Ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.” Ahí está hablando ya de su, de su Espíritu.

“Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre,…” Ya no está hablando de él. “Y no lo veréis.” No podían verlo, porque estaba, ahora, del HIJO DEL HOMBRE.

No estaba hablando del hijo de María, ahora está hablando del hijo de… que venía como HIJO DE HOMBRE. (Ovación)

Yo soy HIJO DE HOMBRE, mi padre se llama José Luís…José Antonio… (Ovación)

Mi padre se llama: José Antonio De Jesús Sotomayor. Y mi madre se llama: Ana Luisa de Jesús (perdón). Ana Luisa Ortiz Miranda. Y esos son mis padres. Y entonces, en esta semana, yo estaba en mi oficina y estaba buscando el calqueo para todas las naciones, y yo casi siempre me da un sueño profundo cuando, cuando lo hago; como a eso de las cuatro, a las cinco más o menos. Cuando el Espíritu me lleva a buscar ese calqueo para ustedes, yo estaba mirando este mismo capítulo, pero yo no podía verlo todavía. Y entonces, me quedé profundamente dormido y luego, después de media hora, que me bien muy bien porque descanso, me siento mucho mejor para venir aquí.

Tengo memoria, que cuando mi madre murió, -y yo sé que ella me está oyendo en la nube de testigos-; pero cuando mi madre murió (yo la tenía en mis brazos), ya le quedaban minutos, y entonces ella, ella perdió todo su hígado (el hígado yo lo tenía en un galón) que me lo dio el médico. (El médico le dijo al Apóstol) –Mira, eso es, ese es su hígado, no tiene. Ella va a morir de aquí a mañana.

Bueno, duró hasta el otro día, y yo estaba con ella y entonces, la cogì en mis brazos así, porque ella estaba… estaba moribunda no, y entonces, me dijo: -Tu sabes, hay algo que yo quisiera decirte, pero no puedo. Porque te va a perjudicar grandemente. Y que bueno que no me dijo eso, en aquel tiempo, porque me hubiera desembocado, hubiera dañado todo.

Pero me dijo: -Fíjate, un día tú lo sabrás. Un día tú lo vas a saber.
(El Apóstol le dijo a su madre) -Oye, mami, pero dímelo, no me dejes en esta incógnita, porque tú te estás muriendo, tu vas a pasar ya al Señor. -¿Por qué no me lo dices?
Y dice: - Mi’jo, con todo lo que yo te amo a ti, ¡y no puedo decírtelo!...
Y yo dije: -Dame una orejita.
(Le dijo su madre) –Es que si, un poco que te diga, te va a ser mucho daño.

Y entonces, yo me quedé por años pensando en eso que ella me dijo, y entonces, cuando a mí me dio hepatitis A, B, Y C, yo dije: - ¡Eso es!, que me voy a morir igual que ella. Que voy a perder el hígado –pensé yo-. Pero, que la hepatitis A, B, y C no han podido conmigo, o sea… No es eso. (Aplausos)

Y entonces, en este, este miércoles cuando yo estaba así, que me quedé dormido- despierto, y (El Señor) me dijo:

TU ERES HIJO DE HOMBRE, JESÙS ESTABA HABLANDO DE TI, cuando él dijo: Ojalà, pero no iban a poder verlo.

Vamos a leerlo de nuevo. Mira como dice (Verso 22):

“Tiempo vendrá (tiempo vendrá) cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. (…) Os dirán: Helo aquí, (…) helo allá. No valláis, ni lo sigáis. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será (futuro) el Hijo del Hombre en su día.”

Sigue: “Como fue…” “Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación. Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todo. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.” (Aplausos)

“En aquel día, (En aquel día) el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; y el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo, el uno será tomado, y el otro dejado. Entienda que está hablando ahí de las dos simientes.

Y “tomado” es aquí donde tú estás. “Dejado” es, donde está el resto.

(Verso 37) “Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviera el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.” (Aplausos)

-¿Son ustedes el cuerpo? –Si-. Pues allí se juntan las águilas. Cuando se formara la iglesia de Jesucristo con el Evangelio de la Gracia. Con el Evangelio de la Incircuncisiòn, sin rudimentos, sin diablo, sin pecado, ese es el cuerpo.

Allí estarán las águilas. El Señor habló bien claro en ese capítulo a ellos. Y hay otro lugar donde dice que aparecieron en ese día unos dijeron: -Mira Señor, en tu nombre profetizamos; echamos fuera demonios; hicimos muchas señales, y milagros.

Fíjate que yo no vine con señales, y sacar demonios menos, porque están… desaparecidos. Pero, yo no vine a dar señales, por eso es que él dice: -Tengan cuidado cuando les digan: Miren es por allí, porque muchos se han aparecido diciendo: Yo soy el SEÑOR, en muchos años.

-¿Y cómo identificarlos? - Señales, milagros, sacando demonios, tirando gente… pues yo no he venido hacer eso. Yo he venido a formar el cuerpo con información, a educar a la iglesia, a formarle un cuerpo a la amada.

Y entonces, dice que el Señor les dijo: Apartaos de mí, hacedores de maldad. Oye, profetizan, sanan, y echan fuera demonios y Dios dice:
-Ustedes son de maldad.
-Pero si esto es lo que tú dices.
-No, eso es lo que yo dije antes de la cruz.

Salmos 46, verso 10. Vamos a verlo en la pizarra, más fácil. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”

Usted sabe, yo recibí una notita de una bendecida, que yo creo que ella no viene al ministerio, por su salud, distancia o condición física. Pero ella envió una notita con una siembrita, y ella puso:

“Queridos hermanos del Ministerio Creciendo en Gracia, especialmente a los del Apostolado. Yo estuve leyendo el Salmo 46 verso 10, (entonces ella pregunta:) ¿Será ese nuestro Apóstol? ¿Será ese nuestro Apóstol?

Dice: “Seré ENALTECIDO en la tierra.”

-Y cómo… ¿quién puede decir: Yo soy Dios y enaltecerse en la tierra y en las naciones, sino es con el Evangelio de Pablo? –Acaso Dios va aparecer así, y decir: Mira, enaltézcanme. ¡A cualquiera decirle eso!... tanta gente religiosa que se volverían locos, ahí, alabando a lo loco. Diciendo: ¡Aleluya! ¡Aleluya!...

El título, que la iglesia me ha puesto, es bien difícil, es bien, bien, bien, bien… yo no quisiera que ninguno de ustedes estuviera en mis zapatos. Pero a mi me escogieron para esto. -Pero, sabe -¿por qué yo me atrevo hablar así como estoy hablando hoy?

–Porque yo he predicado, el único evangelio que verdaderamente enaltece a Dios en la tierra y en las naciones. (Aplausos)

Vamos a buscar ahora a Daniel capítulo 12, verso1. “En aquel tiempo se levantarán Miguel, el gran príncipe que está departe de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo (del fin)
Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impiamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.”

De hecho hoy se está abriendo aquí un sello, que estaba bien selladito.

“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tu irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.”

Así que Daniel también va a despertar. Ahí termina.

Entonces los entendidos entenderán. Y yo entiendo claramente, yo entiendo claramente, que este evangelio que el Señor me ha encomendado, nunca se había predicado. Y puedo aceptar el título que la iglesia le da; no que yo me doy. Porque el cuerpo es el que pide cabeza.

El cuerpo se formó, y estaba descabezado, yo era la cabeza, pero no me atrevía aceptarlo. Pero el cuerpo me exigió: Tú eres la cabeza. -¿Por qué? -Porque el cuerpo, la cabeza es la que forma el cuerpo, y ambos, uno al otro se buscaron.

Por lo tanto: PARA LAS NACIONES DEL MUNDO, UNA VEZ MÀS JESUCRISTO HOMBRE ESTÀ EN LA TIERRA…
(Ovación)

Yo siempre, yo siempre, he dicho, siempre he dicho, que el Señor se me apareció a mí en Massachussets, y que yo lo vi, se me paró al frente y no tenía cara.
Pero entonces, luego, me torna y cuando me torno, empiezo a escuchar esa voz. Pues yo pensaba que él me estaba hablando por detrás, pero lo que sucedió fue que ese cuerpo que vino, o el cuerpo glorificado de Jesús de Nazaret, porque en Hechos capítulo 1, verso 8 dice: Este mismo Jesús que ustedes ven ir, así mismo, vendrá.

-¿Y sabes cuántos años yo tenía cuando eso sucedió? –Treinta y tres años.
(Aplausos)

Así que si tenía treinta y tres vino… y cuando yo lo vi, como él, puede meterse en un hombre, en una persona tan insignificante, como yo fui.
Él lo que hizo fue que se buscó y se preparó cuerpo. Y como ahora no tenía que venir por una virgen, dijo:
-Ahora yo puedo escoger en mi tiempo, a cualquier hombre.

Y me meto en quien me de la gana, y cogiò y se me metió en mi cabeza y por eso:

YO SOY JESUCRISTO HOMBRE. (Ovación de pie)

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